La manufactura aditiva, también conocida como impresión 3D, se diferencia de los procesos convencionales de manufactura en que no implica la remoción de material, sino que construye la pieza capa por capa a partir de un modelo digital en 3D.
Algunas de las principales diferencias entre ambos métodos son:
- Personalización y flexibilidad: La manufactura aditiva permite la producción de objetos personalizados sin tener que considerar el costo de herramientas, a diferencia de los procesos convencionales.
- Diseño: El uso de software de diseño en la manufactura aditiva facilita la creación de diseños más personalizados, complejos y detallados.
- Materiales: La manufactura aditiva ofrece una mayor variedad de materiales utilizables, como plásticos, metales, cerámicas y otros compuestos. En comparación, los procesos convencionales tienen limitaciones en cuanto a los materiales utilizables, y cambiar de material puede requerir cambios en el proceso.
- Eficiencia: La manufactura aditiva es más eficiente en términos de tiempo y costos en producciones más pequeñas, mientras que los procesos convencionales son más adecuados para la producción en volumen.